¡Agenda una sesión con Bono Fonasa a solo $11.260!

Tengo mucha depresión, ¿Qué hago ahora?

Si llegaste hasta aquí escribiendo o pensando “tengo mucha depresión, ¿Qué hago?”, es porque estás atravesando un momento realmente difícil. No se trata de un simple bajón ni de un mal día: es una carga emocional y mental que se ha vuelto insostenible. Sentirse así puede ser abrumador, confuso y, en algunos casos, paralizante. Y lo primero que necesitas saber es esto: no estás solo.

La depresión severa no siempre se presenta como la imaginamos. A veces no es tristeza, sino una sensación de vacío. Otras veces, un cansancio que no se quita con dormir. También puede manifestarse como pensamientos repetitivos, falta de interés por todo, o la idea persistente de que nada tiene sentido. Tal vez te cuesta levantarte, comer, contestar mensajes, o incluso salir de la cama. Y puede que hayas pensado que nadie puede ayudarte. Pero eso no es cierto.

Este artículo está diseñado para ofrecerte orientación inmediata, concreta y profesional. No es una lista de consejos vacíos ni una receta rápida para “sentirte mejor”. Es una guía real, construida desde la psicología clínica, para ayudarte a estabilizarte emocionalmente, comprender lo que estás viviendo y dar los primeros pasos —por pequeños que sean— hacia tu recuperación.

Vamos a hablar de lo urgente: qué hacer cuando sientes que no puedes más, cómo identificar una crisis depresiva severa y qué medidas puedes tomar hoy, incluso si apenas tienes energía para seguir leyendo.

¿Cómo reconocer una crisis depresiva severa?

Cuando la depresión se intensifica, puede ser difícil saber si lo que estás viviendo es una crisis. Muchas veces normalizamos el sufrimiento o lo minimizamos, creyendo que se nos pasará solo. Pero hay señales que indican que estás en una situación seria y que necesitas actuar cuanto antes.

Aquí algunas de las señales más comunes de una depresión severa:

  • Pensamientos persistentes de que todo está perdido, de que tu vida no tiene sentido o de que “no vales nada”.

  • Deseos de desaparecer, de dejar de sentir, o incluso ideas suicidas, aunque no tengas un plan concreto.

  • Falta total de energía para hacer actividades mínimas como levantarte, ducharte o preparar comida.

  • Aislamiento extremo, evitando todo contacto con otras personas, incluso con seres queridos.

  • Un agotamiento físico y mental constante, que no mejora con descanso.

  • Incapacidad para sentir placer o interés por cosas que antes te gustaban.

  • Culpa intensa, vergüenza o un sentimiento constante de inutilidad.

Estos síntomas no significan que estás roto ni que no hay solución. Significan que necesitas ayuda profesional urgente.

Sentir que “tengo mucha depresión” no es una exageración ni un drama. Es una frase que, aunque breve, expresa una situación real, profunda y seria. Reconocerlo es un paso inmenso, y si estás leyendo esto, ya lo diste. En la siguiente parte, vamos a explorar acciones concretas que puedes tomar ahora mismo, incluso si sientes que no tienes fuerzas.

Acciones inmediatas para enfrentar una depresión intensa

Cuando sientes que tienes mucha depresión y que todo te supera, es fácil pensar que no hay nada que puedas hacer. Pero incluso en medio de la oscuridad, hay pequeñas acciones que pueden marcar una gran diferencia. No necesitas tener la energía para resolverlo todo hoy. Solo necesitas elegir una cosa concreta, sencilla, y hacerla.

Estas no son soluciones mágicas. Son acciones de emergencia emocional, pensadas desde la psicología para ayudarte a estabilizarte en momentos de crisis.

1. Detén lo que estás haciendo y respira

Parece obvio, pero no lo es. Si estás en medio de un episodio intenso, detenerte por completo y llevar la atención a tu respiración puede ayudarte a cortar la espiral negativa. Prueba esto:

  • Inhala lentamente por la nariz contando hasta 4.

  • Sostén el aire por 4 segundos.

  • Exhala por la boca contando hasta 6.

  • Repite por 3 a 5 minutos.

Esto ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático, reduciendo el estado de alerta extrema que muchas veces acompaña a la depresión severa.

2. Nómbralo en voz alta o escríbelo

Si puedes, di en voz alta: “tengo mucha depresión y necesito ayuda”. O escríbelo en tu celular o en un cuaderno. Nombrar lo que te está ocurriendo rompe el ciclo del silencio que muchas veces alimenta la sensación de desesperanza. No necesitas justificar nada. Solo dilo.

3. Contacta a alguien, incluso con un solo mensaje

No tienes que explicar todo lo que sientes. Envía un mensaje breve a alguien de confianza: “No estoy bien. ¿Podemos hablar más tarde?”. Aunque no tengas ganas de conversar ahora, el simple acto de avisar que algo te pasa te conecta con la realidad y reduce el aislamiento. Si no hay nadie en tu entorno inmediato, puedes buscar líneas de ayuda emocional en tu país.

4. Estímulo físico inmediato

La depresión severa puede llevar a un estado de congelamiento. Si sientes que estás completamente paralizado, prueba con un estímulo físico suave:

  • Lavarte la cara con agua fría.

  • Caminar por tu casa o salir al patio.

  • Estirarte durante unos segundos.

  • Sostener un objeto frío o texturado para reconectar con tu cuerpo.

Esto no “cura” la depresión, pero puede ayudarte a recuperar el control en el momento presente.

5. Evita decisiones importantes en este estado

Uno de los mayores riesgos durante una crisis depresiva es tomar decisiones impulsivas. Si estás pensando en renunciar a tu trabajo, terminar una relación o algo más extremo, hazte una promesa clara: “no decidiré nada importante hasta que esto pase”. Puedes incluso anotarlo y dejarlo a la vista. Eso es autocuidado.

6. Reduce los estímulos que te sobrecargan

Apaga el televisor. Cierra redes sociales. Silencia notificaciones. En una crisis, tu cerebro está sobreestimulado, y reducir los estímulos te ayudará a recuperar algo de calma. Puedes ponerte música suave, sonidos de naturaleza o simplemente quedarte en silencio.

7. Si sientes que estás en peligro, busca ayuda urgente

No lo pienses dos veces. Si estás teniendo pensamientos de autolesión o suicidio, tu seguridad es lo primero. Ve a un centro médico, llama a una línea de apoyo emocional o busca ayuda profesional lo antes posible. Hay personas capacitadas para ayudarte a pasar por esto. Y sí, hay salida.

Estas acciones no son una solución definitiva, pero pueden ser tu primer salvavidas emocional. Lo importante es romper la inercia del sufrimiento, aunque sea por unos minutos. Cada pequeño gesto es una afirmación de que, incluso en medio del dolor, estás eligiendo seguir.

Cuándo y cómo buscar ayuda profesional urgente

Muchas personas esperan demasiado para buscar ayuda porque sienten vergüenza, miedo o creen que pueden resolverlo solos. Pero cuando te encuentras diciendo “tengo mucha depresión” y los síntomas se intensifican, el apoyo profesional no es opcional: es necesario.

Buscar ayuda no significa que estás roto ni que has fallado. Significa que estás tomando en serio tu salud mental, igual que lo harías con una fractura o una infección. La diferencia es que, en la depresión, muchas veces se pierde la energía para dar ese primer paso. Por eso, hacerlo ahora, incluso si solo es leer esta guía, ya es parte del proceso.

Señales de que necesitas ayuda urgente

Hay momentos en los que no se puede seguir esperando:

  • Si tienes pensamientos recurrentes de muerte, aunque no tengas un plan concreto.

  • Si te sientes desconectado de la realidad, como si estuvieras fuera de ti mismo.

  • Si no puedes cumplir con las funciones mínimas del día a día: comer, dormir, trabajar.

  • Si te estás haciendo daño o tienes la sensación de que podrías hacerlo.

En estos casos, buscar ayuda debe ser inmediato. Puedes acudir a un centro de salud mental de urgencia, llamar a una línea de ayuda, o pedir que alguien de confianza te acompañe a un servicio médico. No necesitas tener todo claro. Solo necesitas actuar.

Si no estás en riesgo inmediato, pero sientes que no puedes más

También es posible que no te sientas en peligro ahora mismo, pero sí profundamente desbordado. En ese caso, puedes comenzar por pasos simples:

  • Agendar una consulta psicológica virtual o presencial.

  • Escribir un mensaje solicitando ayuda, aunque no sepas bien cómo explicarte.

  • Mostrar este artículo o decir: “Leí esto y me identifiqué”.

Muchos profesionales están preparados para trabajar con personas que nunca han hecho terapia antes. No tienes que saber por dónde empezar. Solo tienes que llegar.

El proceso de pedir ayuda no es lineal. Puede haber dudas, retrocesos o vergüenza. Pero cada vez que eliges moverte en esa dirección, estás construyendo una salida. Y lo más importante: estás eligiendo vivir.

En la última parte, te daré estrategias de estabilización emocional para el corto plazo, y cómo puedes continuar este camino con apoyo constante.

Estrategias de autocuidado para estabilizarte en el corto plazo

Cuando estás enfrentando una depresión severa, pensar en el futuro puede parecer imposible. Por eso, en esta etapa es más útil enfocarte en qué puedes hacer hoy, en las próximas horas o incluso en los próximos minutos. La estabilización no es una solución definitiva, pero sí es un paso esencial para recuperar el equilibrio mínimo que te permita seguir avanzando.

Establece una rutina mínima

No necesitas planificar tu semana ni llenar una agenda. Solo intenta definir tres acciones básicas cada día: levantarte, comer algo nutritivo y tener un momento de quietud o descanso. Incluso si no tienes ganas. Hacerlo es una forma de recordarte que mereces cuidado.

Mantente conectado con al menos una persona

La depresión severa empuja al aislamiento, pero la conexión humana —aunque mínima— es un ancla vital. Puede ser un mensaje de texto, una videollamada breve o solo leer una conversación antigua que te hizo sentir acompañado. No se trata de hablar mucho, sino de romper el silencio interno.

Reduce el juicio y reemplázalo por amabilidad

Tu mente puede volverse muy crítica en una crisis depresiva. Cada error, cada pensamiento, se amplifica como prueba de que estás fallando. Intenta observar esos pensamientos sin creerlos del todo. Habla contigo como lo harías con alguien que amas: con compasión, con paciencia.

Elige una acción que te acerque a la calma, no al escape

A veces buscamos alivio inmediato a través de conductas que, aunque momentáneamente placenteras, terminan aumentando el malestar (como el alcohol, atracones de comida, aislarse completamente). En cambio, prueba con algo que te conecte contigo: tomar agua fría, ducharte, poner música suave, caminar en silencio. Pequeños actos que te sostengan, no que te anestesien.

Mantén la esperanza aunque no la sientas

Puede que ahora no creas que esto va a pasar. Pero la verdad es que sí pasa. La depresión es tratable. Mejora con apoyo profesional, con tiempo, con recursos adecuados. Y aunque tú no lo veas hoy, hay personas preparadas para acompañarte en ese camino.

Cómo continuar con apoyo sostenido

Una vez que logres estabilizarte —aunque sea un poco—, es importante mantener una continuidad emocional. Esto no significa que todo se resolverá rápidamente, pero sí que puedes empezar a construir una base más sólida para salir de esta etapa.

Una forma de hacerlo es a través de la psicoterapia, donde puedas explorar no solo el dolor actual, sino también sus raíces. Si ya has intentado terapia antes y no fue útil, eso no significa que no funcione: significa que necesitas otro enfoque, otro profesional, otra forma de conectar.

En Mindy trabajamos precisamente con eso en mente. Sabemos que la depresión severa requiere acompañamiento humano, profesional y cercano. Por eso ofrecemos psicólogos especializados en salud mental que pueden ayudarte a entender lo que te pasa sin juicios ni soluciones fáciles. Si decides buscar ayuda, aquí hay un espacio disponible para ti.

Conclusión: No estás solo, y esto puede mejorar

Decir “tengo mucha depresión” es uno de los actos más valientes que puedes hacer. Aceptar que no puedes con todo no es rendirse, es el primer paso hacia una forma distinta de vivir: con más apoyo, más comprensión y menos carga solitaria.

Este artículo no reemplaza un tratamiento psicológico, pero sí puede ser el punto de partida. Si llegaste hasta aquí, ya diste un paso enorme. Ahora, no tienes que hacerlo solo. Hay personas, herramientas y espacios —como el que te ofrece Mindy— donde puedes empezar a recuperar tu bienestar, a tu ritmo y sin presiones.

Tu historia no termina aquí.

Comparte este post!

Si te sientes abrumado/a por la pandemia, te podemos ayudar. Agenda tu primera sesión a mitad de precio hoy mismo.